El 80% de los lucenses no se atreve a salir a la calle con el frío desde que el Ayuntamiento retiró los termómetros
Algunos bares ya anuncian con grandes carteles la temperatura
La retirada de los termómetros en las calles de la ciudad hace un par de meses está suponiendo un gran problema para una gran mayoría de la población. La decisión del Ayuntamiento, que en un principio conllevaría la instalación de unos termómetros más modernos, se está retrasando demasiado y muchos ciudadanos ya se sienten desubicados.
‘No sé si hace frío o no y no me atrevo a salir a la calle‘ confiesa Carmiña, que con sus 75 años se pasa horas mirando por la ventana el hueco que dejó su añorado termómetro de la Praza Maior.
Algunos locales del centro, que ya sienten el abandono de sus clientes con esta hola de frío, han recuperado la figura del afilador (de invierno), un empleado que se dedica a pasear las calles gritando la temperatura que hace.